Se
parte del tema de la responsabilidad social universitaria, evaluada muchas
veces con base en indicadores, especialmente de pertinencia. Se advierten los
peligros que esto conlleva para la educación en general, si no se toma como punto de partida el sentido mismo de
universidad y de educación, es decir, si no se parte de la
identidad propia de las instituciones educativas (Hoyos-Vásquez, 2009).
No se
trata de conformarnos con formar ciudadanos capaces de adaptarse a las nuevas
reglas del juego impuestas por la globalización; debemos perseguir formar seres humanos capaces de desarrollar el
pensamiento alternativo y de hacerlo realidad (Schmelkes, 2002).
Transmitir
los valores más trascendentes para una sociedad
como la igualdad, la justicia, la solidaridad, como los valores más específicos, por ejemplo, en el orden profesional, el amor a la profesión, la responsabilidad, son reflejados por cada persona
de manera diferente en función de su historia individual, de sus
intereses, capacidades; quiere decir que no siempre los valores jerarquizados
oficialmente por una sociedad como los más importantes (existencia objetiva del valor) son asumidos de igual
manera por los miembros de la sociedad (existencia subjetiva del valor). Esto
ocurre porque la formación de valores en lo individual no es
lineal y mecánica sino que pasa por un complejo
proceso de elaboración personal en virtud del cual los
seres humanos, en interacción con el medio histórico-social en el que se desarrollan, construyen sus
propios valores (González, 2003).
Referencias
González, V. (2003). La educación de valores en el curriculum universitario: un enfoque psicopedagógico para su estudio. Cuba: Editorial Universitaria.
Hoyos-Vásquez, G. (2009).Educación para un nuevo humanismo. Colombia: Pontificia Universidad
Javeriana - Facultad de Educación.
Schmelkes, S. (2002). Los Valores de la Educación en
el nuevo Milenio. Argentina: El Cid Editor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario