Para el modelo hegemónico, existen una serie de problemas
que se constituyen en ejes fundamentales de la crisis y con relación a los
cuales propone una serie de estrategias a seguir, coherentes con una visión
neoliberal y que a la vez se pretende globalizar al conjunto de América Latina
sin respetar las diferencias nacionales y regionales.
Desde la perspectiva neoliberal la crisis de la educación
superior refleja, básicamente, la incapacidad gerencial de los Estados en
garantizar una administración eficiente de los servicios sociales. En tal
sentido, el sistema de educación superior funciona mal no porque falten
recursos, sino porque falta una mejor administración de los recursos
disponibles. El desafío es claro (al menos para los neoliberales): un
gerenciamiento más eficiente de las partidas presupuestarias existentes puede
permitirnos superar la improductividad de la universidad. Este diagnóstico que realiza
el modelo neoliberal es parcialmente cierto ya que nuestros gobiernos no solo
gastan mal, sino que además gastan cada vez menos en educación, esto ha sido la
consecuencia de los efectos que además los señores del neoliberalismo de hoy
son los funcionarios y dirigentes del pasado, que comenzaron a mal-gastar los
dineros públicos. Si existen responsables de que esto ocurra, son ellos mismos
y no el pueblo o los docentes a quienes se le echan las culpas.
El segundo eje de la fórmula para salir de la crisis, según
este modelo que estamos criticando, está centrado en: Los principales
responsables de la crisis de educación superior son los profesores porque
están, mal formados, trabajan poco y abusan de sus privilegios. Este postulado
se pretende presentar ante la opinión pública como un simple razonamiento, pues
se presenta como natural al hecho de que si la Universidad está en crisis, se
debe a que los responsables del proceso educativo (profesores) están trabajando
mal, o sea, no saben cómo trabajar, o saben poco. Pero además y desde esta
misma perspectiva basada en la competencia individual, el mérito personal, el
esfuerzo aislado y el sálvese quien pueda, se legitima en esta responsabilidad
de una mala formación es un asunto que compete, pura y exclusivamente a los
profesores.
Exime de cualquier responsabilidad al Estado y a los dueños
de las instituciones de educación superior, y propone esfuerzos individuales
para superar la situación. Haciendo una comparación, es como decir que los
pobres son pobres por vagos e irresponsables y que la culpa de ser pobres es
responsabilidad exclusiva de ellos mismos.
Pero en realidad, el docente de hoy no tiene la culpa de la
crisis, todo lo contrario, es víctima de los múltiples trabajos que debe
desempeñar, del deterioro salarial, de la precarización del empleo y las malas
condiciones de trabajo. O sea, que no es una condición psicológica individual
que la determina el deterioro de la educación superior y la pérdida de la
calidad, sino que, en realidad, son las condiciones generales de trabajo que
tiene que padecer el docente, el principal factor que interviene en un complejo
entramado de las múltiples causas que sobredeterminan la crisis.
El tercer eje está planteado para los neoliberales como: la
educación está mal porque no se vincula con las necesidades que formula el
mundo del trabajo. Aquí la esencia de la discusión está en que el
neoliberalismo confunde el concepto trabajo con el empleo, en muchos planes de
estudio aparece esta confusión. Por un lado, se pretende preparar para el mundo
de trabajo, mundo que está en pleno proceso de atrofia, y por otro se pretende
que la educación se adapte a las demandas de un mercado laboral y aceptarlo tal
cual, sin pretensiones de modificación o cambio de las condiciones imperantes.
Al tenor de este enunciado, es el mercado en sí mismo el que necesita del
desempleo, la exclusión social, la desigualdad, la discriminación y la
marginación, como condición para mantener las posibilidades de sometimiento y
explotación propias de un modelo donde se ha derrumbado el Estado Benefactor.
Referencia
TABARES R., Gustavo. América Latina, Globalización y Bloques
Regionales. Bogotá. Hojas Económicas.
TABARES R., Gustavo. La deuda externa de América Latina: un
problema sin solución. Bogotá. Hojas Económicas.
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